La visita a “El Nido” en el Aviario que está en el Estado
de México, me dejo muchas enseñanzas, gracias a los animales y toda la vegetación que
habita ahí, me sorprendió muchísimo con las diferentes adaptaciones que han desarrollo a lo largo de los años.
Vimos hermosas guacamayas de barba azul, donde podemos
distinguir a las guacamayas por sus plumas largas en su cola que terminan en V,
además que poseen un pico grande en comparación con su cráneo. Estaba también un Acaran la guacamaya aliverde, la guacamaya de frente roja entre otras. También
pudimos tener acceso en ver al Pico de navaja, la Para aliblanca, la rajadora (llamada
así porque cuando aletea raja el viento), la urraca real hermosa Carinegra y el
cotorro argentino o periquito monje. Donde son alimentados con semillas, maíz y
croquetas para gato.
Si es la primera vez que observas un Quetzal macho en tu
vida, (de plumas largas de la cola) puede pedir un deseo, y te lo podrá conceder
si es de corazón, que fue lo que nos dijo el guía, y después entramos a un hábitat
simulado a una selva tropical, donde había varios quetzales. Es una lástima que
estos hermosos animales estén en peligro
de extinción debido a la inconsciencia de la gente que los caza por diversión o
por otros usos por algo material que no tiene ningún valor. Me sentía como una
exploradora, en busca de belleza, en busca de encuentros con aves tan bonitas.
Pero el aviario no solo posee hermosas aves, sino también
felinos como es el caso de los tigres siberianos, uno de mis animales
favoritos. Ellos rocían las paredes con grasa para marcar su territorio, así
como hacen los perros con su orina al marcar un árbol, por ejemplo. Sabemos que
dos machos no pueden habitar en un mismo ambiente o lugar, ya que se pelearían por ver quién es el más fuerte y el que obtiene el poder, incluso hasta que uno
de los dos muera. También había leopardos, y una pantera que es un jaguar,
donde una de sus características son sus manchas, aunque a simple vista no se
logran a ver muy bien.
Fue sorprendente como el águila real y yo cruzamos por un
microsegundo miradas; pude observar su pico que es muy poderoso al desgarrar, además
de que es una de las aves más grandes de América, la cual se alimenta de carne.
Por otro lado, está el águila arpía, igualmente de un sorprendente tamaño la
cual con sus garras de aproximadamente 5 cm pude llevarse animales, niños de 4
años e incluso hombres (estos últimos se los lleva arrastrando).
Me sorprendió el mecanismo de un ave, que para lograr
volar durante 30 días, duermen la mitad de su cerebro, mientras la otra mitad
sigue despierta para seguir con el vuelo, me gustaría tener esa adaptación,
para cuando me encuentro muy cansada, sin embargo me debo de adaptar a las
condiciones que tengo.
Uno de los animales que más me llamo la atención fueron
los flamencos, que realizan su migración del Caribe a México, además que
necesitan como 1km para agarrar vuelo, parecidos a los aviones, solo que ellos
no viven en manglares como los flamencos. Nos percatamos que cuando caminan es
como nuestra rodilla pero al revés, y que en realidad son sus talones, por lo
que su pata es muy larga, y por eso levantan su patita para descansar, sería
muy cansado estar de puntitas todo el día.
Hicimos una gran variedad de actividades, que se
relacionaban el poder estar en contacto con la naturaleza, y otros tipos de
retos, como fue el campo de lodo, donde todos teníamos que pasar por una
tirolesa pequeña. Después pasar por el puente movible sin caer al lodo, así
como también hicimos un nido para nuestra gallina, que para obtenerla tuvimos
que pasar por varios retos, como comer mini gusanitos o apuntar a un círculo,
que aunque no creí lograrlo le di. Fue muy divertido el haber hecho un fósil,
mientras Bambina (venado) corría o nos seguía por todos lados. También
elaboramos nuestro antifaz de búho, con diamantinas y plumas de colores.
El aviario me pareció un lugar muy bonito, ya que aunque
no pudimos observar a todos los animales como los monos, disfrutamos mucho la práctica
de campo, donde no solo nos quedamos en el texto de decir, que el águila real
posee determinadas características y cuál es su hábitat, sino que la teníamos enfrente
y casi con la posibilidad de tocarla, claro que eso no se podía a menos que quisiéramos
perder un dedo o llevaros un gran mordisco. Es fundamental, que conozcamos la
gran diversidad que nos rodea y obtener un gusto de observarla y no de cazar o
comprarla.
Es muy buena la idea de que todo aquello que nosotros
compramos en la tienda de recuerdos, sea donado a los animales, ya que como
vimos necesitan de mucho mantenimiento, alimentación y cariño para que puedan
sobrevivir, porque sabemos que el gobierno no los apoya. Me encanto haberme
tomado la foto con la lechuza nocturna, que aunque perdimos la foto, lo
importante era brindar el dinero a los animales que lo necesitan. Sin duda, me gustaría
volver a ir, pero con mi familia para que conozcan y se sorprendan, así como yo
del nido.
De igual manera, sería muy bueno realizar campañas que
colaboren a la ayuda de lugares como el “Nido”, e incluso para todos aquellos
animales que se encuentran en peligro de extinción. Si todos nos uniéramos muchas
especies, se salvarían y darían una mayor riqueza de biodiversidad al planeta.
Debemos de aprender a convivir juntos, como una gran familia.